miércoles, 5 de enero de 2011

¿No hay malas ideas?



No nos queda más remedio que aceptar que hay muuuuuchas ideas malas poblando el planeta. Si alguno cree que no cabe ni una sola mala idea más que encienda la TV y mire. Si llevas 5 minutos y no has visto ninguna pásate a Tele5.

Cuando hablamos de creatividad aplicada a empresas sí vale la expresión "no hay ideas malas". Normalmente el contexto es una sesión de brainstorming en donde la idea disparatada debe ser bienvenida. No es que nos gusten las tontadas, no es eso, pero el que evita que la idea alocada entre en juego está desconociendo los dos motores de creatividad más poderosos que existen: el azar y la asociación. Esa idea aparentemente estúpida puede llevarnos a realizar una asociación con otra más prometedora.

La clave es llegar a un punto inesperado y para eso es imprescindible transitar caminos inexplorados ... aunque parezcan ridículos.

No estrangulemos la espontaneidad ni el disparate, no al menos en nuestras sesiones de generación de ideas. Por favor.

Dicho esto: Bart Simpson debería haber sido educado con algo más de disciplina.

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