Creatividad para el planeta

A veces se nos olvida que un vistazo a lo que nos rodea nos puede dar la solución a muchos de nuestros problemas. Esto fue lo que les ocurrió a Mirta Fasci y Luis Pittau, inventores de EMIUM. Un día paseando se dieron cuenta de que había algo que les molestaba, eran un montón de envases de plástico que quitaban belleza al paisaje y dañaban el medio ambiente. Y cuando pensaron qué se podría hacer para solucionarlo se les ocurrió la idea de crear un nuevo tipo de envase que resultara más sencillo de reciclar, ya que los envases que existían hasta ese momento no se reciclaban rápido y requerían mucha inversión económica. 

Casi lo mismo pensó años antes el creador de la cerveza Heineken. Alfred Heineken en un viaje que realizó a Curaçao, se dio cuenta de que en esas playas paradisiacas por las que paseaba todas las mañanas, no hacía más que tropezarse con sus botellas, tiradas por los consumidores y devueltas por las olas. Se preguntó cómo podría solucionarlo, pero por mucho que Alfred lo intentara no consiguió que ninguno de sus nuevos diseños tuvieran éxito, muy al contrario que los envases EMIUM.

Mirta y Luis se pusieron manos a la obra y consiguieron diseñar un envase que además de servir para transportar leche, cereales, champú o aceite, se pudiera utilizar para otros usos de manera inmediata, sin necesidad de pasar por un complejo proceso de reciclaje. Cada envase EMIUM encaja con otro envase del mismo tipo, de manera que dando rienda suelta a nuestra imaginación podemos construir con una caja de leche una estupenda colchoneta para flotar en la piscina, una hamaca o incluso una casa, ¿qué no se podría hacer con todos los envases que utilizamos a lo largo del año en todo el planeta?

Ahora no sólo ayudaremos a reducir la basura del planeta gracias a este invento, sino que también podemos crear, imaginar y soñar con construir todos los días cosas nuevas con el cartón de leche de nuestro desayuno. Un reto creativo estupendo.