viernes, 30 de abril de 2010

Economía abierta ¿podemos?

Desde EOI se están realizando distintos estudios de investigación; uno de ellos se dirige a analizar 20 casos de empresas que se mueven dentro de los parámetros de la economía abierta. Las conclusiones preliminares del estudio son ya de lo más interesantes. Las tomamos prestadas de Julen Iturbe, uno de los investigadores:

  1. La economía abierta es diversa y admite enfoques camaleónicos. Van desde cooperativas -con diferentes filosofías- hasta sociedades limitadas, iniciativas personales, empresas de tercer  sector o asociaciones sin ánimo de lucro. La apertura a los stakeholders es diversa porque en ellos hay matices y diferentes fuentes de valor. Eso sí, todas se ven colaborando de forma estrecha con personas… que “estrictamente” no son parte de su organización formal.
  2. Estamos ante un sector con empresas en constante evolución. Estamos convencidos de que si esta investigación la hacemos dentro de tres años, veremos organizaciones diferentes: con distintos productos/servicios o dirigidos a otros nichos de mercado, o incluso con estructuras societarias que han cambiado.
  3. Son empresas con un compromiso “potente”. Puede ser que tenga que ver con el software libre, con la economía solidaria, con una visión crítica de la tecnología o con otra forma de aportar valor desde su sector. Sea lo que sea, hay “ideología”, hay una forma de encarar la realidad que no es neutra. Ese tipo de visión suele estar conectada con lo que la empresa ofrece. Además, este tipo de compromiso a veces la coloca en posturas de “lo coges o lo dejas”. Es decir, las vemos bastante “autorreferenciadas”.
  4. Vemos contradicciones. Por ejemplo, con la forma en que gestionan la propiedad de sus contenidos. El mercado es el mercado y a veces impide ser coherente. Se percibe una cierta tensión entre lo posible y lo deseable. En tanto que hay leyes de mercado y que el sistema lo engloba todo, estas organizaciones se saben insertas en esa realidad. No hay alternativa y eso provoca tensiones.
  5. Mantienen una actitud positiva ante Internet. De hecho ninguna de estas organizaciones podría vivir al margen de la red de redes. Internet ha supuesto una gran oportunidad para que sus negocios se desarrollen y sean competitivos. Sea como soporte para impulsar una comunidad o como eje transversal a su actividad, Internet es un elemento natural y consustancial a estas empresas. Y también conviene aclarar que no tiene por qué asociarse al uso intensivo de herramientas de la web social.
  6. No parecen estar a la caza del máximo resultado económico. Claro que hay matices en los enfoques, pero no parece que lo económico sea el motor principal. En general, estas organizaciones persiguen algo más allá de que consigan ganar dinero. De hecho encontramos maneras alternativas de establecer retribuciones. El compromiso que comentábamos en el punto 3 mueve a las personas con un grado extra de motivación.
  7. Se ven parte de un ecosistema o de una comunidad más amplia. Todas ellas se vinculan con un conjunto más amplio en el que se sienten una pieza más. Saben que no pueden hacer las cosas desde sus propias capacidades y recurren de forma constante a encontrar compañeros de viaje con quienes compartir esos grandes objetivos. Esta comunidad más amplia de la que forman parte estructura relaciones de “coopetición” pero dentro de un consenso global (puede que no explicitado) respecto a los grandes asuntos.
  8. Estas organizaciones poseen una gran ventaja respecto a otras porque en ellas suelen trabajar personas apasionadas. Cuando te están contando su proyecto estás viendo que no tiene mucho que ver con “el trabajo”. Sea lo que sea, no es “sólo” trabajo; es una conexión con un proyecto, con unas actividades que dan sentido a sus vidas. Por eso admite formas diversas, porque esos proyectos a veces no caben bien en las límites de las empresas.
  9. Casi siempre son organizaciones que ejercen la crítica, sea social o empresarial. No parecen estar conformes con el mundo en que viven. O, al menos, con parte de él. Han identificado algo que no está bien, algo que no puede continuar, por tanto, de esa forma. Esta definición “en negativo” de lo que no gusta actúa como palanca para movilizar. La percepción de la injusticia es motor de activismo.
  10. Disponen de mucha información sobre sus enfoques y modelos de negocio en la red. Es decir, facilitan mucha información en abierto a quienes, como es nuestro caso, quieren saber de ellas. Parece que es una característica obvia pero no lo es tanto cuando se mira a la forma habitual de “comunicar” que tienen muchas empresas. Sea mediante blogs u otras formas, encontramos explicados sus modelos de gestión para quien quiera conocerlos.
Al leer estos 10 apuntes nos quedamos con el deseo de tener el informe completo en nuestras manos. Creo   que en el ejercicio permanente de mirar la realidad de otro modo (percepción creativa) cabe la posibilidad de generar un modelo de negocio sostenible que se deshaga, al menos parte, de las leyes, en apariencia inamovibles, del mercado.

¿Por qué no?

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