lunes, 8 de marzo de 2010

Los científicos y su hemisferio derecho



Israel Ruiz no puede evitar dejar escapar algunas palabras en inglés cuando se enzarza en una conversación
sobre la importancia de la innovación. No es extraño. Para él, innovación es igual a Estados Unidos. "Es que
allí parece que la gente lo lleva en el ADN. Innovar es algo allí muy básico y positivo", razona. Nació en Barcelona en 1971, pero lleva casi una década viviendo al otro lado del charco. Es el vicepresidente financiero del Massachusetts Institut of Tecnnology (MIT), centro de referencia mundial en materia de innovación.

Estuvo de visita en el Institut Químic de Sarrià (Barcelona) y a su paso dejó recetas salpicadas de símiles
futbolísticos para lograr en Europa un modelo productivo más eficiente.

Para empezar, que el innovador esté mejor visto. "Al capital para nuevos proyectos innovadores en España se le llama capital riesgo. En Estados Unidos, a lo mismo se le conoce como capital aventura (venture capital). Hay que dejar de ver sólo peligro y empezar a ver oportunidad".

Os reflejamos aquí alguna de las preguntas y respuestas más interesantes para nuestro blog:

P. ¿Por qué cree que el modelo de financiación del MIT es un ejemplo a exportar?
R. La clave es que se basa en una cultura de la innovación centrada en el talento de la gente. Financiamos a
personas, no proyectos. Apostamos por alguien que tiene el talento y la capacidad de innovación. Es como en el fútbol: el modelo de la cantera, lo que en el Barça sería la Masía. Trabajar con gente que tiene algo que
ofrecer, para que salga fuera. Pero eso lleva tiempo. El error que cometen muchos es querer crear innovación
a corto plazo. No tiene sentido.

P. ¿Y cómo se traduce esta filosofía en hechos concretos?
R. Nosotros, en el MIT contratamos a 50 personas al año. Apostamos por ellas durante siete años. Después de ese tiempo nos quedamos con los mejores; no suelen superar el 50% a los que les hacemos un contrato de por vida. A partir de entonces, durante cuatro días trabajan en los proyectos del MIT, y un día a la semana lo dedican a innovar en lo que quieran. Libertad para crear. Eso mantiene la cultura de la innovación viva.

P. Pero con la crisis muchos han abandonado las apuestas por el potencial porque lo que necesitan ahora son resultados para hoy, no para dentro de siete años...
R. Pero es un error. Es como cuando a un entrenador de fútbol se le da un equipo, y si en cuatro o cinco
partidos no obtiene resultados, se le despide. En realidad, quizá el entrenador estaba haciéndolo bien para
lograr grandes resultados en un año. Pero no le da tiempo a demostrarlo. En una situación complicada existe
el riesgo de querer conseguir cosas rápidas. Es un riesgo y un error. Es como cuando la empresa innovadora
se financia en Bolsa. Los mercados y los inversores suponen una presión excesiva. Exigen resultados a corto
plazo y penalizan cada contratiempo.

Esta entrevista ha sido publicada en el diario El País el domingo 7 de marzo.

Algo de lo que resume Israel Ruiz nos hace pensar en que para innovar hay que predisponerse a alimentarse de toneladas de creatividad. Hasta ahora habíamos pensado que la ciencia es sólo innovación pero desde que hemos descubierto en este vídeo genial que la ciencia es la poesía de la realidad no podemos más que comprender que un buen científico debe desarrollar el hemisferio derecho del cerebro en todo su potencial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario